El objetivo de este artículo es animarte como deportista, a pensar sobre qué puedes hacer por tu entrenador. A todos los entrenadores les gustan algunos tipos de jugadores.
La mayoría de los jugadores buscan lo menos cansado y cogen el camino más fácil. Hay que asegurarse que el deportista no coja éste camino, generalmente insatisfactorio.
Así, pues, la pregunta es: ¿Qué puedo hacer yo por mi entrenador para jugar más y hacerlo mejor?
Primero... ¡debes estar motivado!
Esfuérzate al máximo cada vez que entrenes o compitas.
Los entrenadores juzgan el corazón de un jugador a partir de lo que demuestra cuando juega.
Segundo, tener voluntad para dar el esfuerzo físico y mental necesario para ganar, tanto en los entrenamientos como en los partidos. Haz de ellos un momento de superación personal.
Después, escucha el significado de los mensajes de tu entrenador, no la forma en que lo dice.
La próxima vez que tu entrenador se te ponga delante y te reprima, quédate de pie y escucha el mensaje.
No lo juzgues ni lo conviertas en algo personal. Si el jugador no le importase, no se preocuparía de él.
También es importante escoger meticulosamente a tus ídolos. Los deportistas profesionales están actuando y mostrándose en un escaparate, y así cambia la perspectiva.
Despreocúpate de éstos actores y decide por ti mismo que es lo que está bien y que no.
Tercero, piensa que es lo que quiere de ti tu entrenador.
Tu entrenador busca cosas específicas. Un entrenador me decía “es tu trabajo imaginarte lo que quiero que hagas”.
Era un hombre honesto y decía las cosas directamente. Sé un jugador del entrenador y da en lugar de recibir, y recibirás tu justa recompensa.
A la mayoría nos gustaría ser goleadores, pero a los entrenadores les gustan los grandes defensores, jugadores que lo dan todo de sí mismos sin esperar nada a cambio.
Siempre hay sitio en el equipo para este tipo de jugadores.
Hay 3 cosas que el entrenador quiere de ti:
Primero, QUIERE EL JUEGO.
“El juego” podría ser aquello que toca en cada momento de la temporada.
Convence a tu entrenador que éste es un momento importante de tu vida.
Segundo, TRABAJO DURO.
Las cosas buenas pasan a la gente que trabaja duro para hacer que éstas sucedan. Vince Lombardi decía que “cuanto más duro trabajemos, más difícil será dejarlo”. Siempre puedes ofrecer trabajo duro.
Tercero, SÉ LEAL A TU ENTRENADOR.
Cree en él y el creerá en ti.
Jerry Tarkanian decía que el único “mal jugador” es aquel que no es leal a sus compañeros y al entrenador.
Responde positivamente a los retos de tu entrenador y de tu contrario. Crecerás y te desarrollarás, ganes o pierdas.
Estos retos quedaran en tu memoria mucho tiempo después de que acabe tú último partido.
Cuando los entrenadores se ponen delante tu cara, buscan una respuesta positiva. Préstales atención.
Los grandes jugadores no han de ser motivados por su entrenador para jugar un buen partido; todo lo que necesitas saber es que cada partido es importante, y cómo lo debes de jugar.
Deja que tu entrenador se siente y disfrute del espectáculo.
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